El polvo de sílice, a menudo invisible a simple vista, es uno de los mayores problemas del sector industrial en cuanto a higiene y seguridad laboral se refiere.
En este artículo, desde Grupo Akua, analizaremos en qué consiste este preocupante grupo de minerales, presente en muchas industrias y cómo puede afectar a la salud, además de explicarte cómo combatirlo con nuestras herramientas.
Antes de profundizar en los efectos que puede tener en nuestra salud y su prevención, es esencial comprender qué es el polvo de sílice.
Este polvo, compuesto por partículas extremadamente pequeñas de sílice, se genera durante procesos industriales como el corte, trituración o perforación de materiales que contienen sílice, como el cuarzo. Su tamaño microscópico hace que sea fácilmente inhalable, presentando riesgos para la salud a largo plazo.
La sílice, o dióxido de silicio (SiO2), es el nombre que recibe el grupo de minerales compuestos de silicio y oxígeno. La sílice se puede encontrar en forma cristalina o amorfa, tanto en depósitos sedimentarios naturales como en productos creados artificialmente en hornos a altas temperaturas.
Cuando el material con contenido en sílice cristalina se somete a un proceso mecánico (ya sea corte, tallado, perforación, molienda, granallado, lijado, etc.) o durante la manutención de arenas para diferentes usos (albañilería, abrasivos, etc.) se genera un polvo en el aire que contiene una proporción de sílice cristalina respirable (inferior a 5 micras).
Si este polvo permanece en suspensión el tiempo suficiente será inhalado, entrando en los pulmones de los trabajadores. Las partículas cristalinas de sílice suelen ser invisibles y producen en los pulmones de las personas que las inhalan cicatrices e inflamaciones, desarrollando silicosis crónica, aguda o acelerada. Esta patología está reconocida como enfermedad profesional desde hace décadas.
Además, ha sido recientemente incluida como agente carcinógeno, por lo que todos los estados miembros de la Unión Europea están obligados a adaptar sus empresas y cumplir con el Real Decreto 1154/2020. También se ha vinculado con enfermedades respiratorias, aumentando el riesgo de infecciones pulmonares y agravando condiciones preexistentes como el asma.
Los principales sectores en los que es común encontrarse con este problema son el industrial, la construcción, la minería, la fabricación de vidrio y cerámica, la fundición de metales, el sector textil o el farmacéutico. Los trabajadores en estos campos enfrentan una exposición constante al polvo de sílice, lo que hace esencial implementar medidas preventivas con la ayuda de Grupo Akua.
En Grupo Akua ofrecemos soluciones a aquellas empresas que, por su actividad, se ven expuestas a este compuesto.
Con el objetivo de prevenir cualquier riesgo derivado de la exposición al polvo de sílice, proponemos una serie de herramientas para controlar las partículas en suspensión y extraer el polvo tóxico.
En Grupo Akua disponemos de una gama de aspiradores certificados TÜV con filtros homologados y que trabajan de manera localizada para evitar la dispersión de partículas finas peligrosas en el ambiente. Disponen, además, de accesorios específicos en función de la aplicación, para garantizar una total efectividad de la máquina.
Las barredoras con cabina mantienen al operario aislado y protegido de este mineral, a la vez que posibilitan la limpieza, eliminación y recogida del polvo más fino. Nuestra barredora Eureka Bull está especialmente indicada para la limpieza de grandes extensiones de superficie y cualquier tipo de ambiente, incluido la industria pesada.
En Grupo Akua contamos con una gran variedad de fregadoras para grandes superficies. La Comac C130 puede barrer, fregar, secar y, al mismo tiempo, desinfectar, aportando gran rendimiento y versatilidad. Por su parte, la Eureka E110 permite ahorrar hasta el 80% del consumo de agua con respecto a las máquinas tradicionales y, gracias a la elevada calidad de sus materiales, garantiza una drástica reducción de los costes de mantenimiento.
Finalmente, cabe destacar la importancia de cumplir el protocolo y la normativa vigente que vela por la seguridad de los trabajadores ante la exposición a esta sustancia.
Algunas de las obligaciones son: